Las píldoras anticonceptivas combinadas son uno de los métodos más efectivos para la planificación familiar, con una eficacia superior al 99% cuando se utilizan correctamente. Estas contienen estrógenos y progestágenos sintéticos que actúan inhibiendo la ovulación, modificando el moco cervical y alterando el endometrio para prevenir la implantación.
En España están disponibles diversas marcas reconocidas:
Están contraindicadas en mujeres con antecedentes de trombosis, enfermedades cardiovasculares, migrañas con aura, cáncer de mama o hepático, y en fumadoras mayores de 35 años. Es fundamental consultar con un profesional sanitario antes de iniciar cualquier tratamiento anticonceptivo.
Los anticonceptivos que contienen únicamente progestágeno, como Cerazette y Azalia, representan una excelente alternativa para mujeres que no pueden usar estrógenos. Son especialmente recomendados durante la lactancia materna, ya que no afectan la producción ni la calidad de la leche materna.
Su mecanismo de acción principal es el espesamiento del moco cervical y la inhibición parcial de la ovulación. Los efectos secundarios más comunes incluyen sangrado irregular, cambios en el estado de ánimo, sensibilidad mamaria y ocasionalmente amenorrea. Requieren una toma muy precisa cada 24 horas para mantener su eficacia anticonceptiva.
Los anticonceptivos de emergencia como Postinor (levonorgestrel) y ellaOne (acetato de ulipristal) están disponibles en farmacias españolas sin necesidad de receta médica. Postinor debe tomarse dentro de las 72 horas tras la relación sexual no protegida, mientras que ellaOne mantiene su eficacia hasta 120 horas después.
Es importante destacar que no son métodos anticonceptivos habituales y su uso debe limitarse a situaciones de emergencia. Su eficacia disminuye cuanto más tiempo transcurre desde la relación sexual de riesgo, por lo que se recomienda tomarlos lo antes posible.
El síndrome premenstrual y la dismenorrea afectan a millones de mujeres en España, causando molestias significativas que pueden interferir con las actividades diarias. Para el alivio del dolor menstrual, los antiinflamatorios no esteroideos son la primera línea de tratamiento.
Los medicamentos más efectivos incluyen:
Los tratamientos hormonales como los anticonceptivos combinados pueden regular el ciclo menstrual y reducir significativamente los síntomas. Los suplementos naturales como el magnesio, vitamina B6 y aceite de onagra también han demostrado beneficios en el manejo de los síntomas premenstruales, ofreciendo opciones complementarias para un enfoque integral del bienestar femenino.
Las irregularidades menstruales pueden estar causadas por diversos factores hormonales como el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), trastornos tiroideos, estrés crónico o cambios bruscos de peso. Los desequilibrios en los niveles de estrógeno y progesterona son las principales causas de ciclos irregulares, ausencia de menstruación o sangrados abundantes.
La progesterona micronizada es un tratamiento efectivo para regularizar los ciclos menstruales. Se prescribe en diferentes formas farmacéuticas como cápsulas orales, geles vaginales o comprimidos. El tratamiento debe ser supervisado por un ginecólogo quien determinará la dosis y duración adecuada según cada caso particular.
Es importante consultar con un especialista cuando se presentan ciclos de menos de 21 días o más de 35 días, ausencia de menstruación durante más de tres meses, sangrados muy abundantes o dolor pélvico intenso. También si hay cambios súbitos en el patrón menstrual habitual.
Existe una amplia variedad de productos para la higiene menstrual adaptados a diferentes necesidades y flujos. Las compresas ofrecen comodidad y absorción, los tampones proporcionan libertad de movimiento, y las copas menstruales son una alternativa reutilizable y económica a largo plazo.
Los productos de higiene menstrual ecológicos están fabricados con materiales biodegradables y libres de químicos agresivos. Las compresas de algodón orgánico y las copas menstruales de silicona médica son opciones sostenibles que respetan tanto la salud íntima como el medio ambiente.
Las infecciones por hongos, principalmente Candida albicans, son muy frecuentes y se caracterizan por picor intenso, flujo vaginal espeso blanquecino y molestias al orinar. Para su diagnóstico es fundamental acudir al ginecólogo, aunque existen tests de autodiagnóstico disponibles en farmacia.
Los tratamientos antifúngicos más efectivos incluyen:
Para prevenir las infecciones por hongos es recomendable usar ropa interior de algodón, evitar duchas vaginales, mantener una higiene íntima adecuada con productos específicos de pH neutro y evitar la humedad prolongada en la zona genital.
La vaginosis bacteriana es la infección vaginal más común, causada por un desequilibrio en la flora vaginal normal. Se caracteriza por flujo grisáceo con olor característico a pescado, especialmente después de las relaciones sexuales. A diferencia de las infecciones por hongos, no suele provocar picor intenso.
El tratamiento incluye antibióticos como metronidazol o clindamicina, disponibles en formulaciones tópicas y orales. Los probióticos vaginales con lactobacilos ayudan a restaurar la flora vaginal saludable y pueden usarse como tratamiento coadyuvante o para prevenir recaídas. Es fundamental completar el tratamiento prescrito aunque los síntomas desaparezcan.
La higiene íntima femenina requiere productos específicamente formulados que respeten el delicado equilibrio de la flora vaginal. Los geles íntimos están diseñados con un pH adecuado (entre 3.5 y 5.5) que mantiene la acidez natural de la zona genital, protegiendo contra infecciones y irritaciones. Estos productos contienen ingredientes suaves como ácido láctico, extractos naturales calmantes y prebióticos que nutren la microflora beneficiosa. Es fundamental evitar jabones convencionales que pueden alterar el pH y causar molestias, sequedad o predisponer a infecciones.
En nuestra farmacia disponemos de las mejores marcas especializadas en cuidado íntimo femenino:
La menopausia es una etapa natural que suele presentarse entre los 45 y 55 años, caracterizada por el cese de la menstruación y cambios hormonales significativos. Los síntomas más frecuentes incluyen sofocos que afectan al 75% de las mujeres, sequedad vaginal que puede causar molestias en las relaciones íntimas, y cambios de humor relacionados con las fluctuaciones hormonales. La terapia hormonal sustitutiva puede ser una opción para casos severos, siempre bajo supervisión médica. Como alternativas naturales, las isoflavonas de soja y el trébol rojo han demostrado eficacia en reducir los sofocos y mejorar el bienestar general durante esta transición.
Durante la menopausia, la disminución de estrógenos acelera la pérdida de masa ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis. Los suplementos de calcio (1200-1500mg diarios) combinados con vitamina D3 (800-1000 UI) son esenciales para mantener la densidad ósea. La vitamina D facilita la absorción del calcio y es fundamental dado que muchas mujeres españolas presentan déficit. Además de la suplementación, es crucial mantener un estilo de vida activo con ejercicios de resistencia y caminar regularmente, junto con una dieta rica en lácteos, pescado y verduras de hoja verde para optimizar la salud ósea.
La preparación nutricional previa al embarazo es fundamental para optimizar la fertilidad y garantizar un desarrollo fetal saludable. El ácido fólico (400-800 mcg diarios) debe iniciarse al menos un mes antes de la concepción para prevenir defectos del tubo neural. Las vitaminas prenatales proporcionan un aporte completo de nutrientes esenciales. El inositol mejora la calidad ovocitaria y es especialmente beneficioso en casos de síndrome de ovarios poliquísticos. La coenzima Q10 actúa como antioxidante protegiendo los óvulos del estrés oxidativo y mejorando la función mitocondrial, siendo especialmente recomendada en mujeres mayores de 35 años que buscan concebir.
